¡Hola de nuevo!
Después de unas semanitas de parón esta semana vuelvo por aquí. Asfixiaditos estamos. Esta semana además ha habido un temporal, y se ha inundado el instituto, así que en plenas evaluaciones, ¡locura total!
Bueno, no me quejaré tanto, porque hoy más o menos hace sol (más o menos). Lo que sí hace es calor, hoy por la tarde están previstos 30º, y para el viernes 36º, parece poco, pero aquí son insoportables, el clima es tan húmedo y pegajoso… A ver si con un poco de suerte mañana tenemos los 30º ya por la mañana y nos dan “Hitzefrei”, que significa que se suspenden las clases por calor y ¡todos a casita!. Anda que si hubiera esta medida en España, a partir de mayo no iban a clase ni las tizas.
Se me acumula el trabajo y las fotos.
Hace como un año, vi una tarta toda cubierta de blanco, y me pareció muy espectacular. Un poquito cursi (o un muchito más bien) pero espectacular.
Me metí en el San Google, y encontré un video “Fun with fondant”, y cuando vi tanto colorín, pensé ¡Esto lo tengo que aprender yo!.
Las tartas con fondant se llevan muchísimo tiempo, sobre todo si lo preparas tú misma. Para la primera tarta lo compré, y me salió carísimo, pero aparentemente era una exquisitez aqui en Alemania. Me caí del guindo, cuando un mes después fuimos a Londres, y en el Marks & Spencer lo vendían por una libra y algo. ¡¡Si es que algunas veces pagamos la tontería carísima!!. Me vine de allí con unos cuantos kilos de pasta blanca (¡de un sospechoso!… entre eso y los pelos largos de Rolf, no sé como no nos empapelaron…)
Cuando se me acabó el de Londres, decidí aprender a hacerlo yo. La verdad es que de buena gana hubiera vuelto a comprar más, porque es una de mis ciudades favoritas, pero el fondant como excusa para pagar un billete de avión, me parece un poco endeble, se me vería el plumero rápidamente
Me metí de nuevo en San Google, y allí aparecieron ellas: ¡Las tartas de Megasilvita!, un auténtico espectáculo, y sobre todo nada nada nada cursis, sino llenas de color y muy graciosas.
Desde entonces he comprado muchísimos libros sobre el tema y he ido cogiendo ideas de aquí y de allá. La mayoría son en inglés, aunque ya he encontrado alguno que otro en alemán. En español todavía no he visto ninguno. Si os interesa a alguien empezar con ello, yo os puedo recomendar algún libro que sea interesante para “entrar en materia”. Sólo tenéis que preguntar y os mando una lista con los mejores (para mí, por supuesto).
Como ya he dicho, estas tartas son muy muy trabajosas, y como yo siempre digo, son más bonitas que ricas.
Por supuesto que podemos hacer un bizcocho buenísimo y un relleno delicioso, pero para mi gusto, el fondant es tan dulce, que le quita protagonismo a todo lo demás. Y, como no es recomendable meterlas en la nevera, se reducen mucho las posibilidades.
De todas formas, para una gran celebración es la tarta perfecta, porque puede ser el centro de atracción de toda la fiesta, y el regalo más apreciado al poder hacer una tarta temática dedicada al homenajeado. Y si no te gusta mucho el dulce, pues haces como yo, que “pelo” la tarta antes de comérmela.
Otra posibilidad es combinar el fondant con otras coberturas. Una de mis tartas, la del 30 cumpleaños de Rolf, la cubrí de chocolate blanco, y luego le puse figuras modeladas de fondant: el efecto es muy bueno, y puedes ampliar el repertorio de rellenos.
Lo del modelado es divertidísimo, es como con la plastilina en el cole, pero encima no huele a muerto como la que teníamos nosotros en preescolar. No sé si era el olor suyo propio, o el olorcillo que le quedaba después de que la sobara tanto mocoso, pero todavía me da repelús acordarme.
El fondant se puede teñir de todos los colores imaginables, aunque el negro y el rojo, se llevan toneladas de tinte y por eso siempre que puedo los compro ya coloreados.
También he probado a hacerlo en casa (cuando necesitas unos cuantos quilos es muuuucho más económico). Algunas veces lo he hecho con la receta de Megasilvita de “pasta laminada”, y otras veces el fondant de nubes. Ventajas de cada uno: el de nubes está más rico, y el otro tiene un acabado mucho más pulcro (es menos poroso).
Bueno pues para adelantar trabajo, aquí van las tartas de fondant que he hecho hasta ahora.
La próxima que tengo en mente y estoy dibujando ahora en mi cuadernito de proyectos galletiles y tartiles tiene que ver con La India… sorpresa sorpresa. ¡Tengo unas ganitas de empezarla…
Besitos mil
PILAR
Después de unas semanitas de parón esta semana vuelvo por aquí. Asfixiaditos estamos. Esta semana además ha habido un temporal, y se ha inundado el instituto, así que en plenas evaluaciones, ¡locura total!
Bueno, no me quejaré tanto, porque hoy más o menos hace sol (más o menos). Lo que sí hace es calor, hoy por la tarde están previstos 30º, y para el viernes 36º, parece poco, pero aquí son insoportables, el clima es tan húmedo y pegajoso… A ver si con un poco de suerte mañana tenemos los 30º ya por la mañana y nos dan “Hitzefrei”, que significa que se suspenden las clases por calor y ¡todos a casita!. Anda que si hubiera esta medida en España, a partir de mayo no iban a clase ni las tizas.
Se me acumula el trabajo y las fotos.
Hace como un año, vi una tarta toda cubierta de blanco, y me pareció muy espectacular. Un poquito cursi (o un muchito más bien) pero espectacular.
Me metí en el San Google, y encontré un video “Fun with fondant”, y cuando vi tanto colorín, pensé ¡Esto lo tengo que aprender yo!.
Las tartas con fondant se llevan muchísimo tiempo, sobre todo si lo preparas tú misma. Para la primera tarta lo compré, y me salió carísimo, pero aparentemente era una exquisitez aqui en Alemania. Me caí del guindo, cuando un mes después fuimos a Londres, y en el Marks & Spencer lo vendían por una libra y algo. ¡¡Si es que algunas veces pagamos la tontería carísima!!. Me vine de allí con unos cuantos kilos de pasta blanca (¡de un sospechoso!… entre eso y los pelos largos de Rolf, no sé como no nos empapelaron…)
Cuando se me acabó el de Londres, decidí aprender a hacerlo yo. La verdad es que de buena gana hubiera vuelto a comprar más, porque es una de mis ciudades favoritas, pero el fondant como excusa para pagar un billete de avión, me parece un poco endeble, se me vería el plumero rápidamente
Me metí de nuevo en San Google, y allí aparecieron ellas: ¡Las tartas de Megasilvita!, un auténtico espectáculo, y sobre todo nada nada nada cursis, sino llenas de color y muy graciosas.
Desde entonces he comprado muchísimos libros sobre el tema y he ido cogiendo ideas de aquí y de allá. La mayoría son en inglés, aunque ya he encontrado alguno que otro en alemán. En español todavía no he visto ninguno. Si os interesa a alguien empezar con ello, yo os puedo recomendar algún libro que sea interesante para “entrar en materia”. Sólo tenéis que preguntar y os mando una lista con los mejores (para mí, por supuesto).
Como ya he dicho, estas tartas son muy muy trabajosas, y como yo siempre digo, son más bonitas que ricas.
Por supuesto que podemos hacer un bizcocho buenísimo y un relleno delicioso, pero para mi gusto, el fondant es tan dulce, que le quita protagonismo a todo lo demás. Y, como no es recomendable meterlas en la nevera, se reducen mucho las posibilidades.
De todas formas, para una gran celebración es la tarta perfecta, porque puede ser el centro de atracción de toda la fiesta, y el regalo más apreciado al poder hacer una tarta temática dedicada al homenajeado. Y si no te gusta mucho el dulce, pues haces como yo, que “pelo” la tarta antes de comérmela.
Otra posibilidad es combinar el fondant con otras coberturas. Una de mis tartas, la del 30 cumpleaños de Rolf, la cubrí de chocolate blanco, y luego le puse figuras modeladas de fondant: el efecto es muy bueno, y puedes ampliar el repertorio de rellenos.
Lo del modelado es divertidísimo, es como con la plastilina en el cole, pero encima no huele a muerto como la que teníamos nosotros en preescolar. No sé si era el olor suyo propio, o el olorcillo que le quedaba después de que la sobara tanto mocoso, pero todavía me da repelús acordarme.
El fondant se puede teñir de todos los colores imaginables, aunque el negro y el rojo, se llevan toneladas de tinte y por eso siempre que puedo los compro ya coloreados.
También he probado a hacerlo en casa (cuando necesitas unos cuantos quilos es muuuucho más económico). Algunas veces lo he hecho con la receta de Megasilvita de “pasta laminada”, y otras veces el fondant de nubes. Ventajas de cada uno: el de nubes está más rico, y el otro tiene un acabado mucho más pulcro (es menos poroso).
Bueno pues para adelantar trabajo, aquí van las tartas de fondant que he hecho hasta ahora.
La próxima que tengo en mente y estoy dibujando ahora en mi cuadernito de proyectos galletiles y tartiles tiene que ver con La India… sorpresa sorpresa. ¡Tengo unas ganitas de empezarla…
Besitos mil
PILAR
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