¡Hola de nuevo!Dentro de dos días cumple mi sobrina (a.k.a. “la pizca”) cinco meses. Esta vez ya no digo que es la más bonita del mundo con permiso de todas las sobrinas, sino la más bonita del Universo y parte del extranjero. Y eso sin exagerar.
Aunque llegó hecha una prisas (lo de la impaciencia es hereditario) y un poquito escasa de carnes, ha pasado de menos de medio kilo a tres kilazos trescientos en este tiempo. La lechita y el “cebapollos” hacen lo suyo.
Para darle las gracias a las enfermeras del Hospital de Torrelodones, la primera vez les llevé una caja de galletas de chocolate alemanas muy ricas, pero compradas, lo admito
Como llegó tan inesperadamente y en plenas Navidades, pues no me dio tiempo a hacerlas yo. Y las toneladas que había horneado para Adviento, ya las habíamos regalado, comido, o compartido con los amigos en la ristra de “Cafés de Adviento” que celebramos siempre con unos y otros entre noviembre y diciembre para seguir con la tradición alemana.
Pero en tres meses de incubadora, tuve muchísimo tiempo para encontrar los cortapastas, los modelos y los adornos y aprender a hacerles unas galletas tan bonitas como ellas se merecían. Además me encanta hacer galletas de bebé, los colores son más delicados y las formas son tan dulces…
En la página web www.tortissimo.de me metí en la sección de cortapastas para bebés y pedí… ¡todos!. No fuera a ser que se me ocurriera algo sobre la marcha, y no tuviera yo la forma apropiada. Lo único que no tenían era el body que a mí me encanta, pero ya le he echado el ojo en “Club Cocina” y creo que en la próxima visita a Madrid “cae”.
Para “ensayar” primero le hice a Sarah, la prima de Rolf unas galletas para su bautizo. Todo en rosita y blanco.
No me quedaron muy muy mal, pero la glasa la compré hecha (aquí se llama Zuckerglasur), y, si bien, queda más satinada, es demasiado líquida, y no se puede trabajar de forma precisa. Es de la marca Schwartau, y si tienes prisa, es perfecta para unos cupcakes o un bizcocho, pero si la usas para galletas, es mejor añadirle más azúcar glas y un poco de super-white (yo uso el de Wilton) para que quede más durita y la cobertura no quede translúcida sino bien blanca. Eso sí, tarda siglos sin fin en secar (incluso más que la glasa hecha con sirope Karo)
Este fue el primer intento
Como veréis no son ninguna maravilla, las eses de Sarah se me fundieron con el fondo, los puntitos parecían goterones, y los colores, sobre todo el verde de los carritos quedaron un poco desvaídos.Pero a cabezota no me gana nadie, y me pasé un mes practicando consistencias, tintes etc.
Para las vacaciones de Semana Santa, conseguí mejorar la técnica, y por fin les llevé una cajita de galletas. Los colores fueron mucho más vivos y los detalles más precisos. A mi cuñadita no le va mucho el rollo de rosa y blanco, y por eso aumenté un poco la paleta: utilicé verde pistacho, rosa, azul, blanco y amarillo. Para los ositos y lo caballitos también beige y marrón.
Y aquí están. Aunque las fotos no son buenas, más o menos se ven. Debajo os dejo la receta de las galletas de chocolate. Las de vainilla son las de siempre (las Ausstecherle)
Rolled chocolate cookies (receta del libro “Cookie Craft” de Peterson & Fryer)Salen unas 16 galletas de tamaño regular. (8-9 cm. de diámetro)
Ingredientes:
2 y 1/2 tazas de harina
1/2 taza de cacao sin azúcar
1 cucharadita de café espresso instantáneo
1/2 cucharadita de sal
230 gr. de mantequilla
1 taza de azúcar (la mejor es la Caster, que es un punto intermedio entre el azúcar en polvo y blanquilla)*.
1 huevo grande de gallinas felices (no las que viven en cajas)
1 cucharadita de esencia de vainilla natural
*Yo usé “açucar areado amarelo”, o sea azúcar amarillo aireado, que es un tipo de azúcar que se vende en Portugal y Brasil, y en Bélgica. Es especial para bollos de chocolate, y la compro en un almacén en Stuttgart-Wangen que vende productos españoles y portugueses. Para los que leáis este blog desde Alemania, el almacen se llama “Prendes” y tiene todos lo que uno echa de menos aquí (el Cola Cao, Las galletas Fontaneda, el tomate frito etc.)
1. Mezclar en un cacharro grande la harina, el cacao, el café en polvo y la sal. Reservar
2. Cremar la mantequilla con el azúcar con la batidora de varillas hasta que blanquee.
3. A velocidad baja ir añadiendo poco a poco la mezcla de la harina que teníamos reservada. Cuando esté muy espeso podemos continuar amasando a mano, o poner las varillas de amasar.
4. Dividir la masa en cuatro partes, y estirarlas entre dos papeles de hornear o film.
5. Meterlas en la nevera un para de horitas hasta que estén duras.
6. Ahora puedes cortarlas.
Se hornean en horno precalentado a 180º durante unos 15 minutos.
Esperar a que endurezcan para quitarlas de la bandeja. Y esperar a que se enfríen completamente para decorarlas.
Estas galletas tienen muchas ventajas:
1. Son muy fáciles de hacer
2. El café les quita “empachosidad” (“palabro” que me acabo de inventar) y les potencia el sabor del chocolate.
3. Mantienen su forma muy bien tras el horneado, duran frescas mucho tiempo (varias semanas)
4. ¡Son las galletas de chocolate más ricas que he probado!
Probad a hacerlas. Ya veréis que éxito
Besitos mil
PILAR
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