¡Hola de nuevo! ¿qué tal las vacaciones para los que las habéis tomado?
Nosotros hemos estado un més en España, pero para mi ha sido demasiado corto como siempre. Hay tantas cosas que hacer, tanta familia que visitar, que al final, vengo siempre más cansada de lo que me fui, y con un montón de gente con la que he quedado fatal (lo siento, María, Rosa, Sonia etc) porque el tiempo ya no me alcanzaba para más.
En medio de la locura he podido disfrutar unos diítas en Talaván con mis papis y los enanos muy agusto en nuestra casita, que me encanta.
Me chifla ir a Talaván, y me encantaría vivir en Cáceres que es mi ciudad favorita de todas las favoritas, pero en fin, el trabajo es el trabajo y está donde está, y aquí no se vive nada mal, no me voy a quejar.
Quería enseñaros unas fotos de nuestra casa allí, que mis padres acaban de remodelar, y ha quedado preciosa, pero me las he dejado en el ordenador de Madrid. Algún día voy a escribir un post con un “tour” por todos sus rincones, os va a encantar, mis papis son unos artistas.
La verdad es que en este viaje, lo que es leer a la sombra del limonero y descansar descansar… pues con dos minisuicidas despendolados, se ha puesto dificil. Pero a cambio les ha instalado su abuelo una piscinita con depuradora y todo y nos hemos reido un montón.
Y por las noches, la barbacoa en la azotea, viendo el atardecer en la dehesa, que es todo un espectáculo… ¡Ay! en fin, ¡voy al tema que me mustio! además todavía hemos reservado dos semanitas en septiembre para irnos a la playa los cuatro así que no es tan dramático.
Hoy os termino de contar el “menú” completo y equilibrado (ja ja y ja) que les puse a las fierecillas y a sus papis en la superfiesta de Frederick . Allí había azúcar para dejar en coma a media población de Stuttgart.
Con mis mejores intenciones compré fruta para hacer unas brochetas de sandía, melón , kiwi y piña, pero en la vorágine fiestera, se me olvidó sacarla.
Vamos, que si se llega a pasar por allí cualquier dietista, me denuncia a la OMS sin más contemplaciones. Un día es un día, qué vamos a hacerle.
EL MENÚ
Cada dulce, representaba un aspecto del cuento, y las tarjetitas con los nombres de cada plato o regalito, lo explicaban- Palabras para degustar: eran galletas de colores, con las palabras que iba recogiendo Frederick para sus historias escritas en azúcar. Las galletas son las de mantequilla que hago siempre (la receta de Bea) con una glasa esta vez de sirope Karo. Seca muy despacio, pero quedan preciosas muy satinadas.
- La familia de Frederick: eran los cupcakes de chocolate con crema de vainilla. En cada cupcake vivía uno de sus familiares. Cubrí los cupcakes con “cesped” de crema teñida de verde (con la boquilla para cesped de Wilton) y modelé ratoncitos en fondant cada uno en una postura (a unos solo se les ve el culillo, a otros el morrete, otros están tumbados boca arriba y otros boca abajo)
- Zumo de sol: era zumo de naranja que serví en unas botellitas que fui coleccionando. (Dos meses echando la misma salsa de yogur en la ensalada para juntar las dichosas botellas…la tengo aborrecidita) les puse la etiqueta, un lazo y una pajita y quedaron así.
- Flores de Popcake: las flores que recogía Frederick, eran pop cakes de pistacho y choco blanco A la receta que me dio Carmen Castellano en Facebook (era simplemente mezclar bizcocho con nutella hasta alcanzar una consistencia que a ojo, sirviera para amasar los cake pops) le sustituí la nutella por una crema dulce de pistacho que venden aquí que está riquísima y tiene la misma textura que la nutella (también la tienen de coco, de chocolate negro con naranja y de caramelo), y el experimento salió genial. La tienen en los supermercados Rewe (para los que viváis en Alemania).
Kit de emergencia de Freddy: ahí puse los paquetillos con las galletas de regalo
Tarta Arco iris: la reina de la mesa. Cuando la cortamos, con todos alrededor, más de una boquita se quedó abierta, no se lo esperaban, y fue una gozada ver a los nanos mirando la tarta como si fuera una aparición.
Intenté hacer el auténtico Rainbow cake, pero no hubo manera. Las capas me quedaron como obleas para dar la comunión en una misa de lo más alegre, pero no era la idea.
Con el estrés típico del día antes, ya no tenía ganas de seguir experimentando, y me lancé a lo seguro. La receta del biscuit de toda la vida pero a lo bestia. Si para una base normalmente uso 3 huevos, aquí usé 15. La receta la tenéis aquí sólo tenéis que calcular para quince huevos las medidas correspondientes y sale fijo. El único truco es batir el huevo muchísimo para que quede bien gordito y esponjoso. Mi miedo era que los colores amarillearan con tanto huevo, pero no fue así, y la tarta quedo deliciosa. La crema tengo que reconocer que la hice con un preparado del Dr. Oetker que sale perfecto, y sobre todo no es nada empachoso, está mal que yo lo diga, pero estaba muy muy buena. Aquí veis el proceso
LAS CHUCHES
Fredericks: Llené una ensaladera con ratones de gominolaColores para llevar: los botes de bolas de chicle que os conté
El sistema no me deja meter más fotos en un sólo post, así que en el siguiente continúo, y ya os pongo fotos del mismo día de la fiesta, de la mesa, y de lo bien que nos lo pasamos!
Un besito!
No hay comentarios:
Publicar un comentario